“En mi el lenguaje siempre será un pretexto para el silencio”.
Alejandra Pizarnik
silentes
Estoy entre la sugerencia y la evocación, lejos de lo concreto y lo cierto. Mi pintura habla de mi silencio. Las mujeres de mis cuadros son parte de mí, y son apenas una sombra. Me expongo y me escondo detrás de ellas. Presencia, ausencia y fuga.
Camino a tientas. Juego y me extravío. No hay un punto de partida y un punto de llegada, no existe un método. Un error, una suma de errores pueden convertirse en algo mágico. Pintar un cuadro es una aventura, todo el tiempo estoy a un paso de la destrucción. Todo es borroso, como si lo estuviera viendo a través de una densa capa de niebla. Las imágenes se van relevando unas a otras, unas transparentes, otras más densas; velando y tapando. En todos mis cuadros siempre hay presente una forma que se repite de manera obsesiva, una figura solitaria, como tragada por la atmósfera, envuelta en ella misma.
Encuentro en el proceso de construcción de la imagen, en lo que hago con mis manos, con el color, con el agua, el sentido fundamental de mi trabajo. Me mueve la capacidad emotiva de la imagen, de la línea y de la mancha, aun despojadas de toda referencia con la realidad. Podría hacer siempre lo mismo, siempre distinto, siempre movida por la urgente necesidad de encontrar belleza.